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“CINCO SIGLOS IGUAL”, POR JAVIER MUÑOZ VIDAL
León Gieco titula de esta forma una de sus canciones más notables, una que habla del 12 de octubre, el antes llamado “Día del descubrimiento de América”, pero desde una mirada con menos pompa y boato, con menos fiestas y celebraciones. La visión quizás de los pueblos originarios, pero en especial de aquellos que hoy no nos pueden dar su opinión, o porque su cultura desapareció bajo los muros y construcciones españolas o peor aún, sus vidas se extinguieron producto de la pólvora y del trabajo forzado en el proceso evangelizador de la encomienda.
Fuera de hablar de este encuentro de “dos mundos” o de la aniquilación de las culturas precolombinas americanas, quiero escribir sobre que ha sucedido en estos cinco siglos, pero no sólo hacer historia, sino ahondar si la tesis de esta canción está acertada y estamos “igual” cinco siglos después.
Por ejemplo, las actividades económicas de América Latina siguen siendo las mismas principalmente de 1492, la pesca, la agricultura, la minería, es decir, tecnología más, tecnología menos, seguimos siendo proveedores de materias primas.
¿Quién es el dueño de la tierra? Pocas personas, en especial algunos de apellidos castellano-vascos, es decir, descendientes de aquellos que llegaron desde esos barcos por el Atlántico, hace poco más de quinientos años.
¿A quién le pagamos por el uso de nuestros recursos naturales o recursos básicos, dígase energía, agua, gas, telefonía? A capitales extranjeros entre ellos, españoles.
¿Dónde depositamos nuestros recursos o a quién enriquecemos con el pago de intereses? La respuesta se repite en la banca, en las administradoras de fondos de pensiones y en la salud.
Entonces, ¿estamos igual que hace cinco siglos?, parece que sí, claro, con independencia política y administrativa, pero con esclavitud económica y cultural.
Hoy es tiempo para mirar al pasado, ver que hemos hecho mal, en que hemos avanzado y como resolverlo. Sigamos el ejemplo de nuestros pueblos originarios que antes que Europa miraban y conocían las estrellas, entendían el cuerpo humano, vivían en armonía y conexión con la naturaleza, la cual les proveía del sustento diario.
“En esta parte de la Tierra, la historia se cayó, como se caen las piedras aún las que tocan el cielo, o están cerca del sol, o están cerca del sol”
Javier Muñoz Vidal.